Katalog zum Anlaß der Austellung “Once Artistas de Berlin” im Centro Cultural de la Villa Ayuntamento, 1985, Madrid
teilnehmende Künstler: |
Adochi |
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Elsner |
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Gabriel |
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Galli |
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Heinig |
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Kaps |
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Löwenstein |
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Merz |
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SchIing |
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Wehland |
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Wiegand |
Vorwort von Enrique Tierno Galvan
Comúnmente ocurre que se acuña un tópico y ese tópico sustituye las ideas y es un obstáculo para la novedad.
Tal es el caso de los pintores y escultores berlineses; se les clasificó como neo-expresionistas y en esa
clasificación han continuado incluyéndose todos para el común de los observadores.
Nada hay más inexacto, la juventud berlinesa está en un momento de lucidez y creatividad en todos los ámbitos,
especialmente en la pintura y la escultura. Basta con el testimonio de la exposición que se inaugura en el
Centro Cultural de la Villa, en la que once jóvenes, artistas, pintores y escultores, pertenecientes a cinco
galerías muy conocidas: Lietzow, Nothelfer, Petersen, Poll y Wewerka, dan testimonio de la pluralidad y la
originalidad del arte berlineses.
Text von Heinz Ohff
Desde hace algún tiempo se considera a Berlín como la gran capital secreta (o misteriosa) de la pintura joven.
«Que raro» me dice un joven crítico americano, «parece que aquí todos quieren ir a Nueva York y en Nueva York
todos los pintores quieren ir a Berlín».
En el mismo contexto se oyen casi siempre los mismos nombres y casi exclusivamente se alude al mismo impulso,
al impulso «violento» o «salvaje», en fin al neoexpresionismo. Se olvida sin embargo a menudo que la pintura
berlinesa y también la más joven no consiste sólo en las generaciones de los profesores Lüpertz, Baselitz y
Hödicke y en las generaciones de los discípulos -Salomé, Fetting y Middendorf, sino que comprende además una
oferta muy amplia de talentos nuevos que no se agota en un sólo estilo.
[…]
Si tres artistas jóvenes se dejan definir como participantes del impulso antes citado (como Gabriel, Kaps y Merz)
aunque con limitaciones algunas en cada caso individual, hay otros (como Elsner, Heinig y en algún sentido también
Schling) que vienen del impulso gesticular de la pintura berlinesa de posguerra y continuan así una línea que no
ha sido menos continua que la de un eco del expresionismo figurativo. Influenciados por «el gesto» se muestran
también Galli y Adochi, el último siendo pintor-escultor de Rumania, pero ellos tratan esta influencia más bien
automáticamente, lo que quiere decir en este caso narrativamente, con asociaciones sacadas de su alrededor inmediato.
[…]